Mientras escribo
Un espacio para detenerse. No para explicar lo que ya se sabe, sino para escuchar lo que aún duda, tiembla o recuerda.
Aquí se recogen notas breves, preguntas sin respuesta, pensamientos que se cruzan mientras escribo… y también las raíces de algunas historias que nacieron sin avisar.
Es un cuaderno abierto, no por necesidad de decir, sino por fidelidad a lo que sigue resonando, aunque sea en voz baja.

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No por ellos. Por nosotros
“No sé si algún día volveré a mirar el mar sin sentir que me…
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El cuaderno salvado
“Vi que en sus páginas había dibujos hechos a lápiz: barcos, casas, una niña…
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Después de sobrevivir, ¿Qué?
“Comprendí que no basta con sobrevivir. Que lo verdaderamente difícil es seguir. Y que,…
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Estar es suficiente
“No sé si alguna vez se puede estar preparada para el dolor ajeno. Pero…
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Una tristeza que no pide lágrimas
“Nos quedamos en el muelle. Nadie dijo que había que hacerlo, pero nadie se…
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La vida que se anuncia sin palabras
“Entonces ocurrió, sin anuncio ni preparación, sin dramatismo: sentí que te movías. No fue…
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Lo que el mundo elige no ver
“Las vi venir desde lejos, primero puntos oscuros que avanzaban con lentitud sobre la…
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Cuando el amor es lo único que queda
“Me acaricio el vientre como quien intenta hablar un idioma nuevo, capaz de explicar,…
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La dignidad como elección cotidiana
“Existe una hora exacta en la que la noche se retira y el día…
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La rabia que no se grita, pero quema
“La fila permaneció. En este lugar, la compasión interfiere, porque socorrer a otro es…

Cuando todo entretiene, escribir recupera el silencio.
A veces, en medio del ruido constante, escribir es una forma de volver al cuerpo, al tiempo lento, al mundo tal como lo sentimos antes de ponerle nombre. Este espacio nace de esa necesidad: detenerse, escuchar, seguir escribiendo aunque no se sepa hacia dónde.