“Cada mañana, al limpiar, lo toca con la delicadeza de quien saluda a lo que ama.”
La hija del barrendero – Xavier Dueñas
📖 ¿Es posible que el amor más profundo se exprese no en los grandes gestos, sino en el cuidado de lo que aún no se posee?
La ternura de la niña que limpia la entrada de una escuela a la que no puede entrar, revela una de las verdades más crudas y luminosas del alma humana: que incluso lo negado puede ser amado. Hay una pureza, casi sagrada, en ese barrer diario, en ese acto humilde que contiene toda la fuerza de un sueño sin palabras. No hace falta poseer para cuidar. No hace falta tener para amar.
Este texto forma parte del relato La hija del barrendero