La despedida que no fue

“Incliné la cabeza y susurré: perdón, mamá. Sereno, sin drama ni culpa. Como quien deposita algo sagrado sobre una tumba invisible.”

Todo lo que no llegamos a saber – Xavier Dueñas

📖 ¿Cuántos gestos no llegamos a hacer a tiempo? ¿Cuántas palabras necesarias se quedaron suspendidas en el aire, esperando un momento que no volvió?

El relato nos coloca ante una escena que no tiene estridencia pero sí un peso íntimo: un hijo que no pudo despedirse de su madre, pero que encuentra en un cuaderno viejo —y en una frase escrita con ternura— el perdón que nunca fue dicho en voz alta. ¿Cuántas veces hemos callado por no saber cómo acercarnos, por creer que ya habrá tiempo?

Esta historia no busca culpables, solo nos recuerda que incluso en la ausencia puede florecer el amor si estamos dispuestos a escuchar lo que quedó suspendido. Porque a veces una despedida no es un final, sino un umbral hacia otra forma de estar.

Este texto forma parte del relato Todo lo que no llegamos a saber

Deja un comentario