A veces huimos… y también está bien

“No se encontraba. No era el hombre que imaginaba ser. Ni valiente. Ni noble. Ni siquiera claro. Era otro: alguien que aún buscaba la manera de sostener la mirada sobre lo que había hecho.”

El abrazo del desconocido – Xavier Dueñas

📖 ¿Por qué nos exigimos tanto? ¿Por qué creemos que siempre debemos actuar como héroes impecables, incluso cuando el miedo nos arrincona?

Este relato nos recuerda algo profundamente humano: que no siempre elegimos lo que hacemos en los momentos límite. Que a veces huimos, y esa huida no nos define para siempre. Que hay actos que duelen, sí, pero también oportunidades de redención que se abren si tenemos la humildad de regresar.

El valor no está solo en no fallar. Está en volver cuando el miedo ya pasó y mirar de frente eso que dejamos atrás. Huir también es parte del viaje… lo que importa es lo que hacemos después.

Este texto forma parte del relato «El abrazo del desconocido«

Sobrevivir no siempre es suficiente

“Creí que sobrevivir era suficiente… hasta que supe lo que había dejado atrás.”

El abrazo del desconocido – Xavier Dueñas

📖 ¿Y si sobrevivir no basta? ¿Y si lo que realmente nos sostiene no es solo estar vivos, sino sentir que podemos mirarnos al espejo sin apartar la mirada?

Este fragmento es un puñal suave y necesario. Porque todos, alguna vez, creemos que basta con salir del fuego, escapar del peligro, cruzar la línea de meta. Pero hay algo que se queda atrás, algo que también merece ser cuidado: la conciencia, el amor, la mirada del otro.

Sobrevivir es apenas el comienzo. Lo que viene después —reparar, volver, hacerse cargo— es lo que de verdad puede sanarnos.

Este texto forma parte del relato «El abrazo del desconocido«

El miedo, ese idioma que todos entendemos

“Los gritos eran su brújula. Voces sin nombre que le confirmaban que no estaba solo, que otros también huían, que la vida, en su forma más urgente, todavía se abría paso entre el miedo.”

El abrazo del desconocido – Xavier Dueñas

Hoy, más que nunca, vivimos rodeados de alertas, noticias urgentes, incertidumbres cotidianas. El miedo se ha vuelto parte de nuestro lenguaje diario, aunque no siempre sepamos nombrarlo.

Este relato lo dice sin adornos: todos, en algún momento, huimos. Del peligro, de una decisión, de una conversación difícil, del dolor. Y no estamos solos. Esa experiencia compartida de vulnerabilidad nos conecta, nos vuelve más humanos.

📖 El miedo no es una debilidad. Es una señal de que algo importa. Lo esencial es qué hacemos con él. ¿Seguimos huyendo? ¿O, como en esta historia, buscamos el valor para regresar?

Este texto forma parte del relato «El abrazo del desconocido«

¿Podremos perdonarnos por no haber sido quienes soñábamos ser?

“No supe quién era hasta que tuve miedo… y me vi dejar a alguien atrás. Pero hoy, volviendo, supe también quién puedo llegar a ser.”

El abrazo del desconocido – Xavier Dueñas

Hay momentos en los que actuamos de una forma que nos desconcierta, que no esperábamos de nosotros. Y después, viene la pregunta que más duele

📖 ¿Puedo perdonarme por no haber sido quien quería ser, justo cuando más importaba?

Este relato no busca condenar. Nos acompaña en esa pregunta íntima que todos, en algún momento, nos hemos hecho en silencio. Porque fallar duele. Pero también puede abrir una grieta por donde entre algo nuevo: comprensión, humildad, posibilidad.

Perdonarse no es olvidar ni justificar. Es empezar a sanar desde la verdad. Reconocer que no fuimos perfectos… pero aún estamos a tiempo de convertirnos en alguien más digno y más entero.

Este texto forma parte del relato «El abrazo del desconocido«

La culpa que arde después del fuego

“Había salvado su vida, sí. Pero algo se quedó atrás. Y no sabía cómo nombrarlo. No era culpa solamente. Era una especie de vacío nuevo, una grieta que no estaba antes…”

El abrazo del desconocido – Xavier Dueñas

📖 ¿Alguna vez has sentido que hiciste lo correcto… pero igual algo dentro de ti no volvió a ser el mismo? Esa clase de culpa que no viene del juicio de los demás, sino de una parte muy íntima, silenciosa, que solo tú conoces.

En este relato, el protagonista corre para salvarse de un incendio, pero deja atrás a un anciano. La escena es brutal, sí, pero lo que realmente lo desgarra no es el fuego, sino la mirada que no sostuvo, la decisión que no quiere recordar… y sin embargo, no puede olvidar.

A veces, el miedo nos empuja a sobrevivir como podemos. Pero luego —cuando el peligro ya pasó—, lo que arde no son las llamas, sino aquello que no supimos sostener. La culpa aparece entonces no como castigo, sino como esa grieta que nos obliga a volver a mirar quiénes somos.

Este texto forma parte del relato «El abrazo del desconocido«