La rabia que no se grita, pero quema

“La fila permaneció. En este lugar, la compasión interfiere, porque socorrer a otro es renunciar al turno, regresar con las manos vacías y el alma aún más desierta.”

La sombra del Tamarindo – Xavier Dueñas

Hay dolores que no estallan en llanto ni buscan consuelo. Se viven en silencio, como un deber impuesto, como una condena que nadie firmó. La rabia silenciosa, la que no rompe nada por fuera, pero va horadando por dentro, es tal vez la más peligrosa… o la más transformadora.

📖 . ¿Cómo seguir caminando cuando ayudar al otro se convierte en una amenaza para uno mismo? ¿Qué mundo estamos sosteniendo cuando la solidaridad se castiga?

Vivimos tiempos donde muchas personas hacen colas para sobrevivir. En comedores sociales, en hospitales colapsados, en fronteras que niegan paso. Y frente a esa espera, se instala una rabia que no siempre encuentra palabras, pero sí ecos. Este fragmento, aunque ambientado lejos, resuena aquí, ahora, en cualquiera de nuestros barrios donde la dignidad se desgasta esperando.

Este texto forma parte del relato La sombra del tamarindo

Deja un comentario