Las manos que sostienen un mundo

“Mi abuela tiene manos de sal. Y dentro de ellas, cabe el mundo.”

Las manos de sal – Xavier Dueñas

Hay frases que se quedan grabadas porque contienen más verdad que un tratado entero. Esta es una de ellas. En esas manos curtidas, gastadas por el trabajo y la paciencia, caben la historia, la ternura y la fuerza de una vida entera.

Quizás todos tengamos alguien así en nuestra memoria: una persona que, sin discursos, sin buscar protagonismo, sostuvo nuestro mundo en silencio. Recordar sus manos —sean de sal, de tierra o de trabajo— es también recordarnos de dónde venimos y lo que nos sostiene todavía.

Este texto forma parte del relato Las manos de sal.

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