El amor que no se va

“A veces el amor no se parece a lo que esperamos. No llega envuelto en abrazos, ni se dice en voz alta. A veces el amor es simplemente quedarse.”

El que se quedó – Xavier Dueñas

📖 ¿Y si quedarnos fuera también una forma de amar?

No hablar. No hacer promesas. No brillar. Solo quedarnos. En medio del polvo, del miedo, del cansancio. Permanecer ahí, junto a quien lo necesita, aunque no sepamos qué hacer.

Hay amores que no se notan. Que no se gritan. Pero que sostienen. Que abrigan. Que no se van cuando todo lo demás ya se ha ido.

El que se quedó es un relato que habla de ese tipo de amor: silencioso, firme, discreto. Un médico que no huye, que no busca gloria, que simplemente se queda. Y en ese quedarse, ama.

Este texto forma parte del relato El que se quedó, una historia que honra a quienes aman sin palabras. A quienes, incluso rotos, eligen seguir allí. Porque saben que su presencia es todo lo que el otro tiene.

Lo que somos cuando no fingimos estar ocupados

“No había sido útil, ni planificado. No enseñó nada, ni produjo nada, ni resolvió ningún problema. Y, sin embargo, se sentía extrañamente feliz.”

Domingos con Nora – Xavier Dueñas

Vivimos en una época que valora lo que haces, no lo que das. Nos miden por resultados, logros, entregas. Y en medio de esa carrera, olvidamos lo esencial: no somos lo que producimos, somos lo que estamos dispuestos a compartir con verdad, sin reloj, sin excusas.

📖 ¿Cuántas veces dejamos de jugar con alguien que amamos por responder un correo? ¿Cuántas veces pusimos una pantalla entre nosotros y un momento irrepetible?

Este relato nos recuerda que los espacios de conexión real no necesitan plan ni justificación. A veces basta con estar ahí, con las manos manchadas de pintura y el corazón completamente presente.

Este texto forma parte del relato Domingos con Nora

Cuando cuidar es el último acto de dignidad

“Porque en cada gesto quedaba afirmada una forma de humanidad que no necesitaba explicación.”
“Una flor torcida, un trozo de pan, una mirada.”

El que se quedó – Xavier Dueñas

📖 ¿Y si la dignidad no dependiera de lo que tenemos, sino de cómo tratamos al otro, incluso cuando no queda casi nada?

Hay gestos tan pequeños que suelen pasar desapercibidos.
Pero en ciertas circunstancias, esos gestos son todo lo que queda.
Y al mismo tiempo, son todo lo que importa.

En “El que se quedó”, la dignidad no se grita. Se susurra. Se sostiene en una venda improvisada, en una sonrisa compartida, en una mano que no suelta.
Incluso cuando ya no hay medicinas ni luz… queda el cuidado.
Y eso es profundamente humano.

Este texto forma parte del relato El que se quedó

Cuando la verdad no consuela, pero acompaña

“Comprendí que el dolor no necesita explicación, y que no hay relato más honesto que aquel que admite su propia insuficiencia.”
“No se puede narrar lo que aún no ha terminado.”

Cuando los niños dejan de correr – Xavier Dueñas

📖 ¿Puede la verdad ser algo más que una respuesta? ¿Y si, en ciertos momentos, su única forma auténtica fuera la de una herida abierta, compartida en silencio?

Este relato no busca explicar ni convencer. No pretende traducir el horror ni embellecerlo. Solo nos invita a estar presentes, como quien sostiene la mano de otro en plena oscuridad. Porque hay verdades que no iluminan, pero que abrigan. Verdades que no curan, pero que nos reúnen.

Quizá no haya conocimiento más profundo que el que brota de mirar el dolor sin pretensiones, sin la urgencia de entenderlo todo. Aceptar que algunas preguntas no están hechas para ser resueltas, sino para ser habitadas.

Este texto forma parte del relato «Cuando los niños dejan de correr.»

Nombrar como quien ofrece abrigo

«Nombrar es ya una forma de abrazar.»

No hay noche sin nombre – Xavier Dueñas

📖 ¿Qué ocurre cuando alguien no tiene nombre? ¿Cuándo nadie lo reclama, nadie lo escribe, nadie lo recuerda?

En medio del desastre, la protagonista de este relato escribe los nombres de quienes pasan por la clínica como si tejiera una manta con palabras. Y entendemos que resistir no siempre implica grandes gestos: a veces basta con escribir un nombre en un cuaderno para evitar que la muerte sea total.

Nombrar es afirmar: tú exististe. Tú importaste.

En un mundo que nos empuja al olvido, dar nombre es un acto de profundo amor. También aquí, en nuestras ciudades, hay personas sin nombre: migrantes, ancianos, enfermos. ¿A quién estamos dejando sin palabras?

Este texto forma parte del relato «No hay noche sin nombre»