Los que no tienen nombre, pero siguen vivos en nosotros

“Bajo esa piedra, bajo ese gesto, viven los nombres que no supimos pronunciar, las historias que apenas rozamos, el eco de las voces que el mar guardó.”

Desde la orilla – Xavier Dueñas

📖 ¿Quién guarda la memoria de quienes no alcanzaron a ser nombrados?

De los que se fueron sin papeles, sin historia escrita, sin una familia que los reclame ni una biografía que los preserve… ¿quién se encarga de que no desaparezcan del todo?

Quizás sea el mar. O la arena que los recuerda sin distinguirlos. O quizás seamos nosotros, los que, aún sin conocer sus nombres, sentimos que nos duele su ausencia. Los que escribimos, los que leemos, los que encendemos una vela sin saber a quién se la dedicamos.

Este fragmento de Desde la orilla no habla de una lápida, sino de un acto de amor: el de sostener la memoria de quienes no pudieron dejar huella visible. Porque aunque no llegaran a tener nombre aquí, aunque el mundo no los viera, merecen ser recordados. No por piedad, sino por justicia. Por humanidad.

Este texto forma parte del relato Desde la orilla, una historia escrita con la intención de no olvidar. De honrar incluso a los que el mar no quiso devolver. De decir: tú estuviste. Y aunque no te supe nombrar, no te borro de mi corazón.

Cuánto vale una vida que nadie recuerda

“Tal vez su nombre se pierda. Tal vez no figure en monumentos ni informes. Pero su forma de amar —concreta, sucia, silenciosa— sigue viva.”

El que se quedó – Xavier Dueñas

📖 ¿Cuánto vale una vida que no salió en las noticias? ¿Una vida que, en silencio, sostuvo a tantas otras y luego desapareció sin aplausos?

Vivimos en un mundo donde parece que solo importan los que brillan. Pero hay personas que eligieron cuidar, acompañar, sostener… sin que nadie las recordara. Y, sin embargo, su huella está en todo lo que permanece.

El que se quedó es el retrato íntimo de una de esas vidas. No lo conocerás por su nombre, pero al leerlo, sabrás que existe. Que sigue existiendo en cada gesto de cuidado que se hace sin esperar nada. En cada mirada que no huye del dolor. En cada voz que dice: aquí estoy, aun cuando todo se cae a pedazos.

Este texto forma parte del relato El que se quedó, una historia sobre la dignidad de quienes, aunque nadie los recuerde, cambiaron el mundo a su manera. Sin ruido. Sin premio. Con amor.

Resistir por amor… ¿hasta dónde?

“Entendió, con esa claridad que solo traen las madrugadas rotas, que también él se estaba rompiendo. No por completo. Pero lo suficiente para ya no intentar repararse.”

El que se quedó – Xavier Dueñas

📖 ¿Hasta cuándo resistimos por amor? ¿Y en qué momento ese aguante se convierte en algo que nos quiebra?

A veces creemos que amar es darlo todo, seguir, sostener incluso cuando ya no nos queda nada. Pero… ¿y si también necesitáramos aprender a soltar? ¿A decir basta sin dejar de amar?

En El que se quedó, esa pregunta no se responde, se vive. A través de un médico que no se fue, que cuidó hasta lo último, que sostuvo sin pedir. Y que, al hacerlo, también se fue perdiendo de a poco. No por debilidad, sino por exceso de amor.

Este relato no juzga. Solo muestra lo que duele. Lo que entrega. Lo que se rompe cuando nos damos enteros.

Este texto forma parte del relato El que se quedó, una historia sobre la línea fina y desgarradora entre resistir y rendirse. Una historia sobre los cuerpos que siguen, aunque el alma ya esté en silencio.



Castillos invisibles que necesitan cuidados visibles

“Era un castillo, parecido al que habían hecho en casa. Pero en este, la puerta estaba cerrada con una llave enorme dibujada justo en el centro.”

Domingos con Nora – Xavier Dueñas

📖 ¿Cuántos castillos invisibles hemos construido con quienes amamos? Lugares de juego, de risas compartidas, de complicidad pura. Y al mismo tiempo, ¿Cuántos de esos castillos hemos dejado caer por no saber cuidar el tiempo juntos?

El dibujo de Nora —una puerta cerrada, un castillo sin ventanas— no es sólo tierno. Es una advertencia sutil: lo que se descuida también se enfría. Lo que no se protege, se aleja.

Este cuento no nos culpa, pero sí nos invita a mirar con más ternura lo que tenemos. Porque el amor no siempre se rompe de golpe. A veces solo se va quedando quieto, a la espera de que volvamos.

Este texto forma parte del relato Domingos con Nora

¿Tú te quedarías o te irías?

“Me quedo con los que no pueden irse.”
“Porque aún respiran.”

El que se quedó – Xavier Dueñas

📖 ¿Alguna vez te has preguntado qué harías si todo se viniera abajo?

No hablo de una dificultad pasajera, sino de un colapso total. De esos momentos en los que hay que decidir entre salvarse… o quedarse para sostener a otros.

El que se quedó” nos pone frente a esa pregunta sin anestesia.
Y la respuesta no es sencilla.

¿Te irías si supieras que quedarte significa quedarte solo?
¿O te quedarías si supieras que alguien necesita tu presencia, aunque tú también estés roto?

No hay juicio en esta pregunta. Solo una invitación a mirarnos más hondo.

Este texto forma parte del relato El que se quedó