Olvidar es otra forma de violencia

“Ese silencio me dolió más que los golpes. Porque no nacía del miedo, sino de la resignación.”

El nombre que me diste – Xavier Dueñas

Vivimos en un mundo que castiga el sentir. Que premia el silencio ante el sufrimiento del otro. Y en ese mundo, el olvido puede ser más letal que el castigo.

📖 ¿Cuánto dolor generamos por mirar hacia otro lado? ¿Cuánto sufrimiento se perpetúa en nombre de la costumbre?

No mirar, no preguntar, no recordar. Esa también es una forma de violencia. El relato nos obliga a preguntarnos: ¿qué estamos dejando de ver? ¿A quién estamos dejando solo en su herida?

El silencio cómplice, la resignación colectiva, es uno de los rostros más invisibles del abandono. Recordarlo es el primer paso para volver a ser humanos.

Este texto forma parte del relato El nombre que me diste

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