Los pequeños gestos que abren más puertas que las llaves

«Ese esperar pesó menos que cualquier chiste. Otro banco se corrió un poco más para dejar espacio. Un gesto sencillo, pero suficiente.»

Cambio de zapatos – Xavier Dueñas

Vivimos en una sociedad que muchas veces piensa en soluciones grandes y complicadas. Pero los niños nos recuerdan, con su manera de mirar, que a veces basta con un gesto: correr un banco, esperar en silencio, dejar espacio. Pequeños actos que no cuestan nada y, sin embargo, lo cambian todo.

El verdadero valor de estas historias no está solo en lo que enseñan a los más pequeños, sino en lo que nos devuelven a los adultos: la certeza de que la convivencia se construye en los detalles, en los gestos casi invisibles que, repetidos, transforman una comunidad.

Este texto forma parte del cuento Cambio de zapatos.

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