Cuando el dolor se transforma en memoria

“El dolor nunca es solo nuestro, hay algo en el mundo que lo absorbe y lo devuelve como memoria.”

Desde la orilla – Xavier Dueñas

A veces sentimos que el dolor que cargamos es una carga solitaria, una herida que solo nosotros conocemos. Pero…

📖 ¿Y si no fuera así? ¿Y si existiera algo —una fuerza, una presencia, el mundo mismo— que, sin que lo pidamos, se sienta a nuestro lado y recoge lo que no podemos sostener?

Hay dolores que no encuentran consuelo, pero sí compañía. Y hay momentos —como el que narra este relato— en los que descubrimos que el sufrimiento no queda suspendido en el vacío, sino que se transforma. Que no se pierde, sino que se guarda. Como un cuaderno mojado que alguien abraza porque en sus páginas vive lo que no se puede decir.

En ese instante donde la vida se rompe, cuando no hay palabras suficientes ni lágrimas que expliquen, el mundo parece guardar el eco de lo vivido. A veces lo devuelve en forma de una ola suave, de un niño que dibuja una barca con alas, de una mujer que recoge velas caídas. Y entonces comprendemos que, tal vez, recordar sea una manera de amar. De seguir. De no abandonar.

Este texto forma parte del relato Desde la orilla, una historia que no intenta explicar el dolor, sino acompañarlo. Que no da respuestas, pero sí abrigo. Ojalá, al leerla, sientas que alguien se sienta a tu lado, en silencio, solo para recordarte que no estás solo.

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