Con amigos: hacer hueco para que todos estén dentro

«Otra mochila invadía el pasillo. El hueco entre mesas era un rompecabezas que no encajaba con sus ruedas. Leo levantó la mano. —Aquí, Marco. Hay espacio.»

Cambio de zapatos – Xavier Dueñas

Entre amigos, lo más valioso no es tener muchos juegos, sino que todos puedan formar parte de ellos. Hacer un hueco, literal o simbólico, es la manera de decir “tú también cabes aquí”.

Los niños aprenden en su grupo de iguales a valorar la diferencia. Ese gesto de mover una mochila, abrir un círculo o invitar a alguien al juego se convierte en una lección poderosa de inclusión. Porque cuando nadie queda fuera, la amistad se vuelve más fuerte, más grande y más verdadera.

Este texto forma parte del cuento Cambio de zapatos.

En la familia: dar tiempo también es dar amor

«—Tiempo —dijo Leo—. Dar tiempo porque es un derecho, no un favor.»

Cambio de zapatos – Xavier Dueñas

En casa, las prisas del día a día nos hacen olvidar que cada uno avanza a su ritmo. Un hermano pequeño que tarda más en abrocharse los zapatos, una hermana que necesita unos minutos extra para acabar un dibujo… Dar tiempo no es solo paciencia: es cariño convertido en acción.

Este gesto cotidiano, tan simple y a la vez tan profundo, enseña a los niños que el amor se demuestra en los detalles. Aprender a acompañar el ritmo de otro dentro de la familia es sembrar respeto que florecerá también fuera, en la escuela, con los amigos y en la vida adulta.

Este texto forma parte del cuento Cambio de zapatos.

Compartir para que nadie se quede atrás

“Tomás tragó saliva. Sentía el nudo detrás del ombligo. Miró a su maestra, juntó valor y dijo: —Seño… yo puedo traer fruta. De un huerto cercano. Es urgente.”

El huerto escondido – Xavier Dueñas

📖 ¿Qué aprenden los niños cuando deciden compartir en lugar de mirar hacia otro lado?

En la escuela, un lápiz, un cuaderno o un trozo de merienda compartidos pueden marcar la diferencia entre sentirse acompañado o sentirse excluido. El huerto escondido enseña que cuando un niño da un paso para ayudar a otro, está aprendiendo a reconocer las necesidades ajenas y a practicar la solidaridad. Estos pequeños gestos construyen un aula más justa y humana.

Este texto forma parte del cuento “El huerto escondido”, donde Tomás descubre que lo compartido no se pierde: se multiplica en sonrisas y en confianza.

Tender la mano cuando alguien se queda atrás

“Mateo miró las olas tragarse el guijarro. —Somos niños, sí. Pero la oscuridad no sabe de edades.”

El faro apagado – Xavier Dueñas

📖 ¿Qué aprenden los niños cuando deciden ayudar a un compañero en lugar de dejarlo solo con su dificultad?

En la escuela, siempre hay alguien que se atasca: en un ejercicio, en una tarea, en un juego. El faro apagado enseña que la solidaridad no depende de la edad ni de la fuerza, sino de atreverse a ofrecer ayuda. Cuando los niños aprenden a acompañar al que se queda atrás, el grupo entero avanza más fuerte y más unido.

Este texto forma parte del cuento “El faro apagado”, que recuerda que incluso en la infancia podemos ser faro para otros.

En el colegio: aprender a esperar para empezar juntos

«—Apunta otra cosa —dijo la profesora—: ‘Esperar mirando desde fuera’. ¿A qué se parece? Marco apretó la botella. —Como si te apagaran el sonido —murmuró.»

Cambio de zapatos – Xavier Dueñas

En el colegio, la prisa es constante: empezar el juego cuanto antes, correr hacia el recreo, ser el primero en todo.

📖 Pero ¿Qué ocurre cuando alguien aún no está listo? Esperar no es perder tiempo: es reconocer que todos tienen derecho a participar desde el principio.

Cuando los niños aprenden a esperar antes de empezar un juego, descubren que la inclusión no es una teoría, sino un acto tan sencillo como mirar alrededor y asegurarse de que nadie quede fuera. Esa lección, sembrada en la infancia, se convierte en una forma de vivir juntos más justa y humana.

Este texto forma parte del cuento Cambio de zapatos.