“Nos quedamos en el muelle. Nadie dijo que había que hacerlo, pero nadie se fue. […] No me atreví a comer, porque masticar en ese momento me parecía casi una falta de respeto.”
Desde la orilla – Xavier Dueñas
📖 ¿Se puede llorar sin lágrimas? ¿Cómo se reconoce el dolor cuando no grita?
Hay momentos en los que el alma se repliega, se acurruca en lo hondo, y lo único que necesitamos es quedarnos. No para entender, sino para no huir.
La tristeza que narra este fragmento no es la del desgarro, sino la del silencio compartido. Esa que no encuentra palabras, pero se manifiesta en gestos mínimos: no encender música, no abandonar el lugar, no romper el aire con palabras innecesarias.
Este texto forma parte del relato Desde la orilla