Antes de leer
Hay relatos que no nacen del deseo de contar, sino de la necesidad de recordar. Este es uno de ellos.
Hay relatos que nos cuentan una historia. Otros que nos enseñan algo. Y están aquellos que simplemente nos acompañan. Este pertenece a esa última especie.
Aquí no hay argumento, ni desenlace, ni enseñanza cerrada. Lo que encontrarás son fragmentos de humanidad —a veces soñada, a veces recordada— que buscan ser escuchados sin prisa. Voces que no gritan. Imágenes que no imponen. Presencias que solo piden ser miradas con ternura.
Empieza el viaje
El día que soñé con todos ellos es un relato contemplativo y profundamente humanista que explora el despertar interior de un narrador atrapado en la inercia de la rutina y la distancia emocional ante el sufrimiento del mundo. La historia comienza en la quietud de una mañana cualquiera, cuando una visión inesperada —un niño escribiendo entre ruinas— rompe la coraza que lo protegía del dolor ajeno . A partir de ese momento, una serie de figuras —una madre que camina entre escombros, una médica que sostiene vidas en sus manos, un anciano que reconstruye su hogar con la memoria— visitan al protagonista en sueños y vigilia, revelando destellos de dignidad, ternura y resistencia humana .
El texto transita entre la introspección y la revelación, mostrando cómo la compasión puede abrir grietas en la indiferencia y convertirse en raíz de transformación. El narrador escribe para no olvidar, para honrar lo recibido, y sin proponérselo inicia una cadena de resonancias: su relato llega a otros, despierta ecos, teje una red silenciosa de humanidad compartida .
Con un lenguaje poético, delicado y honesto, esta obra invita a mirar el dolor sin apartar la vista, a sostener lo frágil y a imaginar lo posible. Un texto que no busca respuestas, sino compañía; que no enseña, sino que despierta.
