Las abejas del tejado

Antes de leer

Este cuento quiere ser algo más que una aventura en el patio: es una invitación a pensar la valentía como cuidado, a practicar el pensamiento científico (observar, registrar, decidir) y a convivir con la naturaleza desde la seguridad y el respeto.

A través de Miguel, Lucía, Julián y Nora, las niñas y los niños descubren que los problemas reales se resuelven en equipo, con datos, diálogo y el apoyo de personas expertas, y que “cuidar también es ser valiente”.

Empieza el viaje

¿Alguna vez has oído un zumbido y te han entrado ganas de mirar hacia arriba?

A veces parece más fácil taparse los oídos y seguir jugando, pero hay momentos en que ser valiente no significa correr ni mandar. Significa detenerse, escuchar con atención, hacer preguntas y cuidar lo pequeño.

En este cuento conocerás a Miguel, un niño que colecciona tesoros de bolsillo —canicas brillantes, piedrecillas lisas, tornillos olvidados— y que sueña con llevar una capa invisible que lo haga parecer más fuerte de lo que se siente. Un día, mientras busca un escondite para su canica favorita, descubre un secreto en el tejado de su escuela: un grupo de abejas que entra y sale con un orden misterioso.

Algunos compañeros se asustan y piensan que lo mejor es eliminarlas. Otros se burlan de Miguel, llamándolo “chico abeja”. Entre dudas, burlas y miedos, Miguel tendrá que decidir qué clase de valiente quiere ser: el que cierra los ojos o el que busca soluciones.

Con la ayuda de Lucía y otros amigos, aprenderá a observar, tomar notas y proponer ideas, descubriendo que la ciencia y la cooperación también son formas de valentía.

¿Listo para alzar la vista?

Abre bien los oídos: empieza el zumbido de una aventura donde el patio aprende a cuidar a sus guardianes diminutos.