Vidas atrapadas entre los muros

Una lectura crítica del conflicto entre Gaza e Israel desde los derechos humanos

Escribir este ensayo ha sido un ejercicio de conciencia, de incomodidad y de responsabilidad. No me mueve ningún afán académico, ni la voluntad de dar lecciones desde la distancia. Me mueve, más bien, la necesidad de entender —y de nombrar— una realidad que se repite con una violencia que no podemos seguir normalizando. Gaza no es un titular: es una sucesión de vidas rotas que, por alguna razón, hemos aprendido a mirar como si fueran ajenas.

Palabras para Gaza

En los campos de refugiados de Gaza, un periodista se enfrenta al silencio que no puede narrarse. Entre niños que ya no corren y un cielo sin promesas, descubre que hay heridas que no buscan explicación, solo memoria. Una mirada que no olvida.

En una clínica improvisada en Gaza, Layla escribe para que los olvidados no desaparezcan del todo. Entre bombardeos, niños sin nombre y gestos de ternura, este relato recuerda que resistir también es cuidar, y nombrar, una forma de amar.

En una ciudad en ruinas de Gaza, un médico decide no huir. Se queda para cuidar a quienes no pueden escapar. El que se quedó es un relato íntimo y conmovedor sobre la dignidad del cuidado, la resistencia silenciosa y el amor que persiste entre escombros