Antes de leer
Este cuento quiere ser algo más que la experiencia de Marco en una silla de ruedas: es una invitación a reflexionar sobre la empatía, la inclusión y la manera en que la comunidad escolar puede transformarse para todos.
A través de la historia, los niños y niñas descubren que reírse de alguien no siempre es un juego inocente, que pedir ayuda no es señal de debilidad y que pequeños gestos pueden abrir más puertas que cualquier llave.
Empieza el viaje
¿Alguna vez te reíste de algo sin darte cuenta de cómo le hacía sentir a la otra persona?
Quizá fue un comentario en el recreo, un chiste en clase o una broma que parecía divertida… hasta que notaste una mirada distinta, más seria, más callada.
A Marco le encantaba hacer reír: era rápido en el fútbol, ingenioso en los comentarios y siempre parecía llevar una corona invisible de líder.
Pero un lunes cualquiera, en su escuela comenzó un experimento inesperado: ponerse, por un día, en el lugar de otro.
Y el papel que le tocó a Marco no era sencillo: vivir el colegio en una silla de ruedas, como Leo.
En este cuento vas a acompañar a Marco mientras descubre pasillos que se encogen, puertas que no se abren tan fácil y silencios que pesan más que mil palabras.
Pero también vas a ver cómo un gesto pequeño, una palabra justa o un simple “esperar” pueden abrir más espacio que cualquier puerta.
Prepárate: en estas páginas hay risas que pinchan, un cartel con letras grandes, una corona que se afloja… y una pregunta que quizá tú también quieras responder:¿Qué cambia cuando decides mirar el mundo con los ojos —o las ruedas— de otro?

